Durante el verano, el calor, el sol y el contacto con el agua aceleran la pérdida de humedad de la piel. Más allá de beber líquidos, mantenerla saludable requiere un enfoque integral que considere alimentación, descanso, actividad física y protección solar.

Cinco hábitos esenciales para potenciar la hidratación de la piel:

  1. Tomar suficiente agua: mantener una ingesta constante a lo largo del día ayuda a reponer líquidos perdidos.
  2. Suplementar con colágeno y vitamina C: favorecen la producción natural de colágeno, manteniendo firmeza y elasticidad.
  3. Incluir grasas saludables en la dieta: alimentos como palta, aceite de oliva y frutos secos fortalecen la barrera cutánea y reducen la pérdida de agua.
  4. Dormir bien: el descanso nocturno favorece la regeneración celular y la reparación de los tejidos.
  5. Mover el cuerpo: el ejercicio mejora la circulación y oxigena la piel, ayudando a distribuir nutrientes y agua en todo el organismo.

Cuidados tópicos recomendados: limpieza suave, aplicación de productos con ácido hialurónico o glicerina, antioxidantes y protector solar diario. Estos hábitos refuerzan la hidratación y protegen el colágeno, proteína esencial para mantener la firmeza y estructura de la piel.

En casos de pérdida avanzada de colágeno, los bioestimuladores inyectables pueden estimular la producción natural de esta proteína, logrando una hidratación más profunda y duradera que las alternativas tópicas o por vía oral.

Combinando hábitos saludables, nutrición adecuada y cuidados estéticos, es posible mantener la piel fuerte, elástica y radiante incluso en los días de mayor calor.

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