Tirar sal entrefina sobre las brasas es un truco casero muy usado por los parrilleros argentinos para mejorar la cocción y el sabor de la carne. Además de controlar las llamas y el humo que genera la grasa al caer sobre el carbón, ayuda a prevenir que el carbón libere gases o residuos tóxicos por una combustión incompleta.
Entre sus beneficios, destaca que permite apagar pequeñas llamas sin bajar demasiado la temperatura de la parrilla, reduce el humo excesivo, estabiliza el calor para una cocción más pareja y evita que la carne adquiera sabores amargos por la quema directa de grasa.
Este método simple y efectivo muestra que, en el asado, muchas veces los mejores resultados vienen de la tradición y la experiencia, más que de técnicas complicadas o sofisticadas.
En definitiva, un gesto tan sencillo como espolvorear sal sobre el carbón ayuda a que la carne quede más jugosa, sabrosa y segura, reafirmando que en la parrilla cada detalle cuenta.







