La vajilla vintage se impone como un recurso clave para decorar mesas, vitrinas y paredes, combinando estilo clásico y elegancia. Los diseñadores de interiores destacan tres patrones que sobresalen por su historia, sofisticación y capacidad de integrarse en espacios modernos.
Elegir vajilla vintage puede resultar abrumador debido a la gran oferta disponible en tiendas de segunda mano, mercados de antigüedades y plataformas en línea. Por ello, los expertos recomiendan centrarse en piezas que tengan un patrón distintivo y que reflejen técnicas artesanales, asegurando que cada elemento aporte personalidad y armonía a la mesa.
Entre los patrones más valorados, los diseñadores destacan opciones que van desde lo delicado hasta lo audaz. Estas vajillas no solo cumplen una función práctica, sino que también generan un efecto decorativo, aportando historia y sensación de curaduría a cualquier espacio.
Un ejemplo destacado es el Tranquebar Blue de Royal Copenhagen, reconocido por su elegante combinación de azul y blanco. Elizabeth Burch, diseñadora de interiores de Nashville, lo elige frecuentemente por su sofisticación y versatilidad, ideal para mesas modernas que buscan un toque clásico sin perder estilo.
Otros patrones seleccionados por los expertos combinan motivos florales, geométricos o detalles pintados a mano, todos con la capacidad de adaptarse a diferentes estilos de decoración. Incorporar estas piezas permite crear colecciones significativas y originales, que pueden mezclarse con vajilla contemporánea para un efecto visual único y atemporal.








