El magnesio es un mineral esencial para la salud ósea, cardiovascular y muscular, y participa en más de 300 procesos biológicos. Según Harvard Health, la mayoría de las personas puede cubrir sus necesidades diarias a través de una dieta equilibrada.
El déficit de magnesio, o hipomagnesemia, es poco frecuente, aunque puede presentarse en adultos mayores, personas con trastornos gastrointestinales, malnutrición o consumo excesivo de alcohol, así como en quienes toman ciertos medicamentos. Los síntomas incluyen fatiga, náuseas, pérdida de apetito y, en casos graves, calambres o arritmias.
Entre los alimentos ricos en magnesio se encuentran las espinacas, frutos secos, legumbres, semillas de calabaza, cereales integrales, bananas, leche de soja y chocolate amargo. Una dieta que combine espinacas, almendras y un plátano cubre más de la mitad de la ingesta diaria recomendada para una mujer adulta, que es de 320 mg; para los hombres, la recomendación es de 420 mg.
Harvard advierte que los suplementos de magnesio no deben tomarse de manera generalizada con la expectativa de mejorar el sueño, la ansiedad o los dolores musculares, ya que un exceso puede provocar diarrea, náuseas o interacciones con medicamentos. Por ello, antes de consumir suplementos, es importante consultar con un médico o nutricionista.
En resumen, mantener una dieta variada y balanceada suele ser suficiente para garantizar un aporte adecuado de magnesio, y los suplementos deben reservarse para situaciones específicas donde la ingesta alimentaria no alcance a cubrir las necesidades del organismo.








